¿Qué puedo hacer para que mi hijo no se enferme tanto?
El sistema inmunológico de los niños está en desarrollo desde el nacimiento. A diferencia de los adultos, los recién nacidos llegan al mundo con defensas inmaduras que no se desarrollan completamente hasta alrededor de los 5 a 7 años. Este proceso es fundamental para su capacidad de combatir infecciones y que no enfermen tanto.

¿Por qué nacen con defensas inmaduras? Durante el embarazo, los bebés reciben algunos anticuerpos de la madre a través de la placenta, lo que les brinda una protección temporal llamada inmunidad pasiva. Sin embargo, al nacer, los bebés necesitan desarrollar sus propias defensas a medida que su sistema inmunológico madura. Este desarrollo puede tardar varios años, lo que explica porqué los niños pequeños son más susceptibles a infecciones, catarros y otras enfermedades.

Durante los primeros años de vida, el sistema inmunológico se fortalece a través de la exposición a diversos virus, bacterias y microorganismos. A lo largo de este proceso, es normal que tu hijo se enferme más que un adulto, ya que su cuerpo está creando una memoria inmunológica para combatir futuras infecciones de manera más eficaz.

A medida que el sistema inmune de tu hijo madura, puedes ayudar a fortalecerlo con estos sencillos pero poderosos hábitos:

 

1. Alimentación balanceada para fortalecer sus defensas

Una dieta rica en frutas y verduras es clave para que tu hijo tenga un sistema inmunológico fuerte. Los alimentos de diferentes colores aportan una amplia gama de nutrientes esenciales para sus defensas. Por ejemplo, las frutas cítricas como las naranjas y los limones son ricas en vitamina C, que refuerza el sistema inmunológico. Las verduras de hoja verde como la espinaca contienen antioxidantes que protegen las células del daño.

Aunque los suplementos pueden ser útiles en algunas situaciones, es fundamental priorizar una alimentación equilibrada. Para mejorar sus hábitos alimenticios, involucrar a tu hijo en la preparación de los alimentos puede ser una excelente manera de fomentar su interés por probar nuevos sabores y texturas.

 

2. La importancia de la exposición a la naturaleza

Pasar tiempo al aire libre tiene numerosos beneficios para la salud de tu hijo. Además de liberar energía, la exposición a la luz solar ayuda a que el cuerpo produzca vitamina D, fundamental para fortalecer el sistema inmunológico y reducir el riesgo de infecciones respiratorias, como los catarros.

Lo que muchos padres no saben es que el contacto con la naturaleza también permite que los niños entren en contacto con microorganismos del entorno. Esta exposición gradual ayuda a que su sistema inmunológico se adapte y fortalezca con el tiempo, lo que puede resultar en menos enfermedades a medida que crecen.

 

3. Cuidado del sueño: el mejor aliado para el sistema inmunológico en niños

El sueño es vital para la salud inmunológica de tu hijo. Durante el descanso, el cuerpo libera proteínas y células que ayudan a combatir infecciones. Además, la falta de sueño disminuye la producción de glóbulos blancos, esenciales para la defensa del organismo, y puede retrasar la recuperación de enfermedades.

 

¿Cuánto deben dormir los niños según su edad? Esto es algo que muchos padres me preguntan en consulta. Aquí tienes una guía sencilla:

  • Recién nacidos a 2 años: 11 a 14 horas diarias, incluyendo siestas.
  • Niños de 3 a 5 años: 10 a 13 horas diarias, incluyendo siestas.
  • Niños de 6 a 12 años: 9 a 12 horas al día.
  • Adolescentes de 13 a 18 años: 8 a 10 horas diarias.

 

¿Son recomendables las siestas? Para los niños menores de 5 años, las siestas son especialmente importantes ya que complementan las horas de sueño nocturno. Una siesta de entre 30 minutos a 1 hora puede ser suficiente para ayudarles a mantenerse descansados, lo que refuerza su sistema inmune y promueve un desarrollo saludable. En niños mayores, la necesidad de siestas suele disminuir, pero un descanso adicional ocasional puede ser beneficioso si han tenido una noche de sueño interrumpida.

 

4. Actividad física para un cuerpo saludable

El ejercicio regular fortalece los músculos del corazón y los pulmones, mejorando la circulación y aumentando la capacidad del cuerpo para combatir infecciones. Los pulmones de tu hijo podrán absorber mejor el oxígeno que el cuerpo necesita para funcionar, y su corazón será más eficiente en distribuir la sangre oxigenada.

Puedes enseñar a tu hijo ejercicios simples como respirar por la nariz y luego soplar lentamente, como cuando inflan globos o hacen burbujas. Estos ejercicios no solo son divertidos, sino que también mejoran la capacidad pulmonar y son útiles para calmarse en momentos de estrés.

 

5. Fomentar la espiritualidad  

Practicar la espiritualidad a diario puede ayudar a tu hijo a encontrar paz en momentos difíciles, reduciendo los niveles de estrés. El estrés es un conocido debilitador del sistema inmune, por lo que enseñar a tu hijo a meditar, orar o simplemente a expresar gratitud puede tener un impacto positivo en su salud. Actividades como observar las nubes o leer juntos antes de dormir también pueden ayudar a crear un ambiente tranquilo y relajado.

 

6. Tiempo de calidad en familia para una mejor salud emocional

Pasar tiempo de calidad con tus hijos sin distracciones tecnológicas fortalece los lazos familiares y promueve la felicidad y el bienestar emocional. Las actividades en familia, como leer, jugar o colorear juntos, ayudan a reducir el estrés y proporcionan un entorno emocional seguro, lo que también puede tener un efecto positivo en el sistema inmunológico de tu hijo.

 

7. Ambientes saludables para respirar mejor

Mantener el hogar libre de productos tóxicos y fragancias artificiales es esencial para crear un ambiente saludable. Las plantas purificadoras de aire como la lengua de suegra, el aloe vera o el helecho pueden mejorar la calidad del aire interior al absorber contaminantes. Además, es recomendable utilizar purificadores de aire en las habitaciones para asegurarte de que tu hijo respira aire limpio mientras duerme.

 

8. Consulta con un experto en salud respiratoria infantil

Es crucial que consultes a un médico especializado si tu hijo se enferma con frecuencia. Un neumólogo pediátrico puede ayudarte a identificar posibles problemas subyacentes y darte recomendaciones específicas para fortalecer la salud de tu hijo. 

En cada cita, asegúrate de llevar preguntas sobre el tratamiento, cómo funciona y sus posibles efectos secundarios.

También debes tener claro cuándo es necesario acudir a una sala de emergencias por una infección respiratoria.  

Convertirte en un aliado en la salud de tu hijo marcará la diferencia. Comienza con estos consejos sencillos y verás cómo el sistema inmunológico de tu hijo se fortalece poco a poco. 

 

¿Te preocupa que tu hijo se enferme con frecuencia? 

Agenda una consulta conmigo para recibir orientación personalizada sobre cómo fortalecer su sistema inmunológico y proteger su salud. Juntos, podemos asegurarnos de que crezca fuerte y saludable.

Dra. Denise Rivera
Neumóloga pediátrica • Health Coach

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