El estrés es una respuesta natural que nos ha ayudado a sobrevivir desde tiempos prehistóricos. Sin embargo, hoy en día, el estrés crónico está contribuyendo al desarrollo de enfermedades como la ansiedad, el asma y la obesidad, que afectan a los niños más de lo que pensamos.
¿Qué es el estrés y cómo afecta a los niños?
Existen dos tipos de estrés: el estrés positivo, que es beneficioso cuando nos enfrenta a una amenaza y nos permite reaccionar ante situaciones peligrosas, y el estrés negativo, que, cuando se prolonga en el tiempo, afecta nuestra salud.
Por ejemplo; en el pasado, venía un león a comernos y nos hacía correr o hacernos los muertos para sobrevivir o en la actualidad, cuando tenemos una infección y se alerta al cuerpo a combatirla.
Lamentablemente, el estrés negativo está tomando el control de nuestras vidas, afectando principalmente a los más pequeños.
La aceleración de la vida moderna ha hecho que los padres trabajen más horas y que los niños se vean expuestos a una mayor carga académica, actividades deportivas competitivas y un tiempo limitado para el ocio y el descanso. Esta falta de descanso y la sobrecarga de estímulos contribuyen al estrés, lo que genera efectos físicos y emocionales, tanto en niños como en adultos.
Estrés crónico en niños: manifestaciones respiratorias
Muchos padres se sorprenden al ver que un niño aparentemente feliz y activo pueda estar experimentando estrés. Sin embargo, la sobrecarga de actividades, el tiempo excesivo frente a pantallas y la falta de sueño afecta su bienestar. En mi consulta, he observado un aumento en los casos de niños y adolescentes que presentan síntomas respiratorios, como dificultad para respirar, tos persistente y sensación de no poder tomar suficiente aire, sin que exista un problema pulmonar directo.
¿Por qué ocurre esto?
Estos síntomas son el resultado de altos niveles de cortisol, la hormona del estrés. Los niños que están bajo estrés crónico pueden experimentar cambios en la respiración, como respiraciones profundas y suspiros frecuentes. Además, pueden mostrar cambios de humor, dificultad para concentrarse y, en algunos casos, dolores de cabeza y malestar general.
Diagnóstico y tratamiento de los síntomas respiratorios por estrés
Es fundamental que estos niños sean evaluados por un neumólogo pediátrico. En mi protocolo, realizamos una entrevista completa con el niño, para que se sienta escuchado y comprendido. Luego, realizamos un historial médico, un examen físico completo, una espirometría y una placa de pecho para asegurarnos de que no haya problemas cardíacos ni pulmonares subyacentes.
Una vez confirmado que los síntomas no tienen una causa orgánica, comenzamos a trabajar con los padres, familiares y maestros para abordar el estrés de manera integral.
Estrategias para reducir el estrés y mejorar la respiración
La clave para mejorar la salud respiratoria de los niños es reducir el estrés y fomentar hábitos saludables. A continuación, te comparto algunas estrategias que pueden hacer una gran diferencia en el bienestar de tu hijo:
- Descanso y ocio: Asegúrate de que tu hijo tenga tiempo para descansar, jugar y desconectar de la rutina diaria.
- Reducción del uso de pantallas: Limita el tiempo frente a la televisión, tabletas y teléfonos móviles.
- Alimentación saludable: Proporciona una dieta balanceada, rica en frutas y vegetales frescos que fortalezcan su sistema inmunológico.
- Ejercicio físico: Promueve actividades físicas que no sean competitivas, como caminatas, juegos al aire libre y deportes suaves.
- Mindfulness y respiración: Ejercicios de respiración diafragmática, yoga y pilates pueden calmar el sistema nervioso y mejorar la respiración.
La importancia del apoyo familiar y educativo
El bienestar físico y emocional de los niños requiere la participación activa de padres, maestros y profesionales de la salud. Cuando trabajamos juntos, podemos ofrecerles un entorno más saludable y equilibrado, que les permita crecer con un bienestar integral.
¡Buenas noticias!
Es posible ayudar a los niños a recuperar su equilibrio y bienestar con pequeños ajustes en su rutina diaria. El cuerpo tiene una increíble capacidad de adaptación cuando se le brindan las herramientas adecuadas. Al integrar cambios sencillos en su vida diaria, podemos reducir los efectos negativos del estrés y mejorar su salud respiratoria.
¿Te preocupa el estrés que pueda estar afectando la respiración de tu hijo? Si observas síntomas de dificultad respiratoria relacionados con el estrés, no dudes en consultar. Estoy aquí para ayudarte a mejorar la salud respiratoria y emocional de tus pequeños.
Agenda una consulta hoy mismo aquí y aprende cómo apoyar el bienestar de tu hijo de manera integral.











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